Gambia, ¿mejor el que ha venido que el que se fue?


"Me gustaría dejar atrás la convicción de que si mantenemos cierta cautela y organización merecemos la victoria. No se puede llevar a cabo un cambio fundamental sin una cierta cantidad de locura. En este caso, viene de la inconformidad, el valor de dar la espalda a las viejas fórmulas, el coraje de inventar el futuro. Nos llevó a los locos de ayer para que podamos actuar con extrema claridad hoy. Quiero ser uno de esos locos. Debemos atrevernos a inventar el futuro. Thomas Sankara, 1985 






Gambia es un pequeño país ubicado en África occidental que se sitúa alrededor del río Gambia hasta su desembocadura en el Atlántico y que está rodeado por el Senegal. Un país joven, fijados sus limites por los intereses coloniales que dividieron África, y apetecible por su salida al mar. Su puerto era un enclave estratégico en el que los esclavos eran embarcados hacia América (el famoso Kunta Kinte) hasta que en 1807 fue abolido el esclavismo por el imperio británico, pasando a utilizarse entonces para la salida de sus exportaciones; fue utilizado en la Segunda Guerra Mundial como base para los aliados y como paso a occidente se ha convertido en un importante enclave para la ruta de la droga. 

Se independizó en 1965 del Reino Unido y con pocos recursos tuvo que acudir, como la mayoría de países africanos, al FMI que fue imponiendo recortes. Empresas como la inglesa Banjul Breweris Ltd., fabricante de cerveza, ponen de manifiesto el eclecticismo de un país con un porcentaje de casi el 90% de musulmanes. Es un país laxo y abierto a otras religiones y creencias, que no han sido abolidas pese haberse declarado el año pasado musulmán (era laico), presumiblemente para conseguir relaciones comerciales con los países petroleros del Golfo Pérsico. Como dice Naomi Klein, este país, como muchos otros, está sometido a la "dictadura de la deuda", resultado de la "ayuda" del FMI y el Banco Mundial, que impusieron políticas de austeridad cortando sus subvenciones y obligando a la "liberalización" (privatización) de la comercialización de la mayor riqueza del país, los cacahuetes. Se ha visto azotado últimamente por el Ébola y curioso es ver la "ayuda" ofrecida por los EEUU que no desaprovechan ocasión para parar los pies a China, no teniendo suficiente con el Africom. Las elecciones del año pasado dieron la victoria a la coalición de partidos liderada por el propietario de una gran inmobiliaria que jamás se había movido en política, Adama Barrow, lo que acabó con los veintidós años en el poder de Yahya Jammeh, joven militar que llegó al poder tras un golpe sin derramamiento de sangre. Amigo de personas como Blaise Campoaré (que renunció al socialismo en 1991) y a quién se le atribuye el asesinato de Thomas Sankara con el supuesto apoyo de Francia y la CIA  y que fue el único de los militares, revolucionario, con sus propuestas  de nacionalización de los recursos de su país; Domingo Guengeré, Foday Sankoh, militares que, como los anteriores, fueron entrenados en Libia, y a los que unían planteamientos, en principio, de izquierdas. 
A pesar de haberse restablecido la pena de muerte en 1995, no se tienen noticias confirmadas de ninguna ejecución desde 1985,  Yaya Jammeh, amigo también de Chavez,  firmó en 2006 con él un acuerdo para parar "la hegemonía de EEUU" y también económicos con Libia, Irán y Cuba.  Superó numerosos intentos de golpes de estado de los que logró salir indemne. Abandonó la Commonwealth en 2013, por no querer "participar en una organización que es continuidad del colonialismo" y también en noviembre de 2016, la Corte Internacional Penal, organización realmente poco operativa y partidista. Es uno de los 12 países que lograron aumentar su cobertura vegetal. Es interesante este comentario respecto a la educación.  Prohibió la ablación femenina en 2015 y dispone de una sanidad que cuenta desde hace veinte años con la colaboración de Cuba. Su personalidad excéntrica no es nada que pueda sorprendernos y más después de ver las características de numerosos líderes actuales; tampoco la idiosincrasia del mundo africano con sus contradicciones y corrupciones, fruto legado por el colonialismo. 


Fuente: National Geographic.

A simple vista, parece que es la misma estrategia de siempre. Extrañaba que EEUU se apresurase a felicitarlos por echar al "dictador" y que organizaciones tan poco fiables como Human Rights Watch y Amnistía Internacional acusasen de violaciones de los derechos humanos. 
El presidente saliente denunciaba injerencia extranjera en las elecciones, cuestión por la que el Parlamento le permitió permanecer tres meses para poder investigar el hecho y condenando los diputados lo que consideraban "una ilegal y maliciosa interferencia en sus asuntos internos por el Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana del gobierno de Senegal en la ONU" y que a pesar de ello, la CEDAO (Comunidad Económica de los Estados de África Occidental) envió sus tropas formadas por soldados senegaleses y nigerianos a Gambia para lograr la toma de poder de Barrow.





Es curioso el pacto con Putin (imposible encontrar la noticia en español) escasos meses antes, de un acuerdo sobre cooperación militar con ese país. No parece importar lo más mínimo a los medios la pena de muerte con la que condenan en Arabía Saudí a los homosexuales, ni los continuos abusos que comete Israel con la población Palestina, solo importan los que tienen gobiernos que no secundan los intereses de ese neocolonialismo en su intento de hacerse dueño del mundo. La noticia ya ha dejado de ser noticia; parece que, adaptando el dicho, puesto el rey se acabó la rabia; se ha conseguido un presidente más sumiso y parar los pies a Rusia y a China y un mercado para la riqueza del país, los cacahuetes. Todo esto da que pensar y evidencia lo fácil que es manipular y lo difícil que es ver dónde se esconde la verdad; pero aplicando el principio de razonamiento de la la Navaja de Ockham, la explicación más sencilla es probablemente la explicación correcta.
Sigo pensando, al igual que con Trump, que el problema es el capitalismo en su vertiente neocolonial en su lucha por conseguir el trozo más grande del pastel para seguir manteniendo sus privilegios y beneficios. 
Está claro que la gente huye de su país, pobre y expoliado, jugándose la vida, con la idea de ese paraíso que parece prometer el capitalismo y que al final resulta ser una nueva forma de explotación muy parecida al esclavismo de sus antepasados. En el Foro de de la izquierda Africana celebrado en la Ciudad del Cabo en 2010 se recogen muy bien las alternativas que los partidos de izquierda ofrecen a África.
Nos tendremos que fijar quiénes salen beneficiados tras un conflicto y para eso es necesario poder tener acceso a información fidedigna, cosa casi imposible. 
Lo apuntado son datos, apuntes, no conclusiones; otra cara de la información para que nos paremos a pensar qué se esconde tras la noticia.
Este artículo en el que el nuevo presidente informa de su voluntad de adhesionarse de nuevo a la CIP y a la Commonwealth, es lo que ha motivado mi interés y que ha confirmado mis dudas...¿mejor el que ha venido que el que el que fue?, no sé

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