Spain is pain.


La juventud española, a pesar de no saber ya quién fue Franco, ha vivido indirectamente las consecuencias de la Guerra Civil, guerra cuyos vencedores impusieron un régimen fascista. Al mando de un militar, Francisco Franco, sometieron a un pueblo que había elegido democráticamente la República como forma de gobierno, vieron aniquilados su derechos, torturados sus militantes y represaliados y muertos muchos de sus defensores. 


Siempre terrible una guerra civil.

Una guerra que mató inocentes, que deshizo familias y que enfrentó a hermanos, a amigos, a vecinos. Una posguerra en la que los vencedores continuaron asesinando y persiguiendo y en la que se fraguó una resistencia que fue arrasada. La llamada “transición” que se produjo a la muerte del dictador con la legalización de los partidos políticos, hasta entonces en la clandestinidad, y la promulgación de una Constitución, hicieron pensar en una transformación no traumática de la sociedad. Demasiado dolor y miedo se arrastraba todavía de la guerra. Daba que pensar que la forma de gobierno fuese una “monarquía parlamentaria” y que el Rey lo nombrase el dictador. Pero fue la teórica amenaza de una involución por el intento de golpe de Estado por parte de militares franquistas el 23 de febrero de 1981, la excusa que frenó la reforma y dejó instalados en la retaguardia a los mismos de siempre.




La Iglesia católica tuvo y tiene un papel importante y sigue siendo un poder fáctico al servicio de los poderosos. Sus prebendas la continúan haciendo poderosa económicamente e influye en la ideología al controlar parte de la educación. Sus mensajes de no al aborto, a los preservativos, a los matrimonios gay, a la investigación con células madre, a la eutanasia por una muerte digna, siguen ocasionando que muchos de los creyentes estén en conflicto dentro mismo de su propia Iglesia. 
Cada vez más, nuevas religiones se arraigan entre la población y vienen a unirse a la oficial. Los mensajes de criminalización de los musulmanes enrarece la convivencia y radicaliza posturas, siendo las religiones un mecanismo de sumisión que lo único que hacen es conformar o enaltecer odios y olvidarse en la mayoría de los casos de los discursos de igualdad y de amor que predican. Otro sector busca en las explicaciones esotéricas y supersticiosas un asidero a su situación.

Casi un 70% de los jóvenes vive con sus padres y la cifra parece aumentar. La reforma de las pensiones, la última reforma laboral, los recortes en educación, los recortes en sanidad, la falta de asistencia sanitaria a los mayores de 26 años sin trabajo y a los inmigrantes, traerá más miseria y que el peso de la crisis descapitalice a las familias nucleares y conlleve a otro tipos de familias extendidas para poder afrontar el peso de la falta de empleo. La mayor parte de la población se ha quedado sin derechos, dejando obsoletos los planteamientos de la Constitución, de la que se habían cuidado bien en que su redacción fuese ambigua -fruto del "necesario consenso"- y dejase la puerta entreabierta para que a lo largo de 35 años se desmantelase nuestro sistema sanitario y de seguridad social. La incostitucionalidad está a la orden del día, pero como se basa en interpretaciones, pues eso, donde dije digo digo Diego...
La educación se ha ido deteriorando, ofreciendo pocas posibilidades de prosperar a las clases más humildes. El Plan Bolonia, que nos ha unificado con las titulaciones europeas (sin información alguna que trascendiese y tachando a los estudiantes que protestaron simplemente de "anti-Bolonia") ha homogeneizado la educación ofreciendo mano de obra barata y dejando para la burguesía la formación especializada con másteres y cursos de elevado coste, perpetuando el poder en manos de los mismos. La anunciada subida de las tasas académicas, el aumento de alumnos por clase, más horas lectivas para el profesorado y menos sueldos, no parecen cambiar la situación a mejor.

La Constitución dio carta de validez a las autonomías, regiones que históricamente ya  habían gozado de sus propias leyes, cultura e idioma y que el franquismo había reprimido, pero también a otras a las que no antecedía la misma historia. Catalunya y el País Vasco fueron desde el principio las zonas con más desarrollo industrial, lo que ocasionó una fuerte inmigración de trabajadores de otras zonas y el crecimiento de una potente burguesía que rivalizaba con los ricos terratenientes de los grandes latifundios andaluces y de Castilla, fuentes de enorme poder.
Los gobiernos de la derecha nacionalista, han sabido rentabilizar el sentimiento nacional reprimido durante el franquismo, y lo han convertido en un elemento distorsionador. La organización armada ETA, que durante el franquismo tuvo un papel destacado contra la dictadura y que contó con la simpatía del pueblo vasco, se convirtió después en el centro de atención por sus sangrientos atentados, siendo la excusa para distraer de otros serios problemas que se barajaban. 
El nacionalismo, como todo, si se eleva en contra de otros, se convierte en odio y sinrazón, es decir en fanatismo. Y el fanatismo se retroalimenta y es contagioso, sea del cariz ideológico que sea.

Los partidos “nacionalistas”, se han apoderado de un “sentimiento” y así parece que los enfrentamientos de clase quedan suavizados y la lucha es una lucha entre nacionalismos-centralismo, distrayendo del problema que afecta por igual a las clases oprimidas, pertenezcan a una autonomía u otra. Pero el PP pisa fuerte y está quitando atribuciones a las autonomías, ahora ya a cara descubierta y sin ningún tipo de recato. Mientras en Catalunya su partido en el poder, CiU, en una avanzadilla de recortes y de represión, se lanza a la conquista de un lugar de prestigio en Europa (menudo prestigio). Son los mismos perros pero con diferentes collares. Pero la guerra de achacar todos los males al centralismo, o a las autonomías, o a los anteriores en el poder, tiene su efecto en los ciudadanos que, como siempre, buscan enemigos fáciles y, así, se olvidan de quiénes son los responsables de sus desgracias. La historia tendría que hacernos abrir los ojos. Ver quiénes han sido los que han salido ganando y quiénes son los que han perdido en todos los conflictos nacionalistas. Es el pueblo quien pierde siempre, porque a los de arriba les importa bien poco manipular el sentimentalismo cuando lo que les mueve es el poder y la riqueza. 

Los sindicatos de clase se han convertido en “empresas de servicios”, olvidándose de la concienciación de clase, perdiendo sus planteamientos revolucionarios. Las negociaciones con gobierno y empresarios han generado resquemor y dejado descontentos a muchos trabajadores. Los acuerdos sobre pensiones, la desidia de impulsar movilizaciones, la falta de información de las negociaciones y un sinfín de actuaciones han hecho que pierdan crédito y que se fortalezcan aquellas organizaciones sindicales, que a pesar de tener motivaciones válidas se mueven por sentimentalismos y parecen carecer de alternativas viables. 

Los argumentos de que las empresas y los capitales irán a otros países más rentables, es la espada de Damocles que se cierne sobre los trabajadores para cercenar sus derechos y moderar sus reivindicaciones. Los empresarios poderosos ya hace tiempo que tienen el dinero en “paraísos fiscales” y que utilizan mano de obra más barata de otros países cuando les hace falta. La banca se ha fortalecido y es la que manda actualmente en el mundo;  los gobiernos neoliberales se dedican a dar ayudas a los que después les venden el dinero más caro y son los que, por su afán desmesurado de lucro, nos han llevado a esta situación (producto del sistema capitalista). Pero todo es beneficiar a los de arriba y hacerles pagar menos por la crisis.



Tenemos un bipartidismo fruto del liberalismo, que en la actualidad ha venido alternando a  PP y PSOE, que no ha permitido que la izquierda, salvo en los primeros años de la transición, tuviese una presencia importante. Los socialdemócratas en el poder, con sus teorías neoliberales, han convencido a la población de que la única salida es ir a por un “estado del bienestar” -ese paraíso de felicidad que nos venden a diario las series norteamericanas, la televisión y los medios- generando desconcierto el que a esta alternativa se hayan unido otras fuerzas, lo que ha hecho confundir a la población. Pero el llamarse "socialistas" encandiló a muchos y no ha sido hasta ahora que se ha evidenciado su política neoliberal, en la misma línea del criticado PP. 



Europa ha marcado la directriz económica y los partidos socialdemócratas las cumplen a rajatabla. Un mundo en que manda el FMI y en el que sus lacayos europeos se reparten el pastel a la sombra de Obama y sus amigos sionistas, empeñados en meternos en otro grave conflicto en la futurible guerra contra Irán en la que les mueven los mismo intereses que les movió en Irak, Afghanistán, Libia, están intentando en Siria y un largo etc.



La situación de EEUU pronto repercutió en Europa y el Banco Central Europeo se asustó. Con la “crisis financiera” los países gastaron importantes cantidades de dinero en “ayudar a los bancos” y aparentar tranquilidad, y entró en juego la calificación de riesgo por parte de las agencias privadas (como Moody's, Standard & Poor's o Fitch) de las situaciones de algunos países, lo que ocasionó y ocasiona la alarma de los "mercados" y la “necesidad” de ayudarlos con nuevos préstamos que a la larga producen mayor endeudamiento. Todo ello obliga a vender nuestro patrimonio, a privatizar las pensiones y la sanidad, recortar derechos, disminuir gastos en educación, en investigación. Mientras, sorprendentemente, se disparan los gastos en Defensa.



Los objetivos a seguir no son otros que hacer pagar a sus conciudadanos las ayudas a la Banca. La ciudadanía está harta de que siempre les toque a los mismos pagar la crisis, pero algunos y sobre todo los votantes del PP, se creen el discurso y esperan pacientes a que pase el chaparrón. ¡Y mientras, recorta que recortarás con el respaldo de sus votos!



Existe un descontento generalizado pero, a pesar de ello, la gran mayoría es temerosa, incapaz de alzar la voz. Llevan dentro todavía el poso de tantos años de franquismo, ese franquismo que rezuma en cada esquina de la vida cotidiana. Figuras destacadas del franquismo dando nombre a calles de localidades españolas; ministros franquistas recién fallecidos con honor y gloria y homenajes y todo. Familiares de las víctimas de la Guerra Civil, que no han conseguido recuperar aún el reconocimiento de sus muertos. 

Perdura el miedo de las clases oprimidas hacia sus amos, miedo que heredaron de sus padres, ese conformismo atávico al que tuvieron que acostumbrarse sus abuelos y que ahora pesa como una losa sobre ellos.
Tras años de bombardeo ideológico existe el temor a la “manipulación”, a ser dirigidos y se ve con recelo cualquier participación en actividades de izquierda que lleven algún tipo de jerarquización.

España presenta una altísima burocracia con numerosos cargos públicos. Esta característica hace que sea difícil llegar al fondo de muchas cuestiones porque nadie es culpable de nada, siempre es culpa otro y nunca nadie dimite. Cada día se destapa alguna corrupción y muchos consideran incluso que forma parte de la idiosincrasia de los españoles. El trato de  favor, el amiguismo y el clientelismo todavía están arraigados con fuerza en la sociedad española y raro es el día que algún caso no salpica a políticos de uno u otro partido.

El consumo desmesurado e inútil, producto de un bombardeo publicitario que inunda la televisión, en una sociedad en el que único aliciente es ir de compras para evadirse; la falta de gratificaciones personales, frustración laboral; un ritmo de vida alienado que venden como panacea de la libertad de nuestro sistema... Beber, divertirse, jugar, evadirse... Consumo costoso que obliga a pedir créditos y entrar en esa rueda que obliga a extenuantes jornadas laborales y al inmovilismo.

Al perder derechos, los trabajadores se han vuelto insolidarios. Saben que el empresario puede hacer lo que quiera y prefieren callar para no ser ellos los próximos que despidan, porque ¿quién pagará entonces los créditos?

A muchos no les llega información porque la que tienen de los medios llega sesgada; la televisión es una televisión-basura a la que, hipnotizados, siguen casi todas las familias españolas, con mensajes reaccionarios y noticias manipuladas que sumergen en la más absoluta ignorancia y que allanan el camino para los prejuicios y posteriores acciones políticas injustificables, como el apoyo a la OTAN en la guerra de Libia, el apoyo a los rebeldes sirios, el envio de soldados españoles a Uganda para entrenarlos contra los piratas somalies, la instalación del escudo antimisiles en Rota y un larguísimo etc.

El consumo de alcohol y el fútbol se convierten en las válvulas de escape. La alternativa verde, la protección del medio ambiente, son parches que no cambian la situación ni la resuelven, pero tranquiliza conciencias. Aumenta la tendencia a lo “natural”, a lo esotérico, a teorías pseudo-científicas que son la salida individualista y fácil a los problemas.

Después de la política agresiva llevada por el Partido Popular con su presidente Aznar, los españoles habían albergado esperanzas de cambio con el Partido Socialista, pero poco a poco se fueron esfumando a medida que su política se fue desenmascarando y acercándose a la de su contrincante. Se gobierna con mayoría absoluta y se alterna ese bipartidismo que no ofrece posibilidad de que otras fuerzas de izquierda hagan oír su voz. Al no tener que rendir cuentas a la ciudadanía nada más que cada cuatro años, convierte el periodo electoral en una guerra de insultos, descréditos y bajezas que hacen que la opinión pública no crea ni confíe en los políticos.

La izquierda se presenta desmembrada. Y los partidos nacionalistas de derecha que han utilizado siempre los nacionalismos para atizar animadversiones, resaltan las diferencias históricas, culturales o económicas, atribuyéndoles una carga de insolidaridad, que después rentabilizan y les permite conseguir los votos para conservar el poder las mismas clases dominantes.

Ya nadie sabe qué partido es realmente marxista (muchos ya no saben ni lo que es) o comunista, quién es socialdemócrata o simplemente nacionalista, o quién de ultraderecha o ecologista. Con una educación que no enseña. Con un partido de derechas que se dice Popular y cuyo presidente se va con un tupper para "no molestar al cocinero"; un Partido Socialista Obrero, que canta la Internacional puño en alto y que colabora con la masacre libia y que de “obrero” no tiene nada; unas centrales sindicales representativas, que pactan a puerta cerrada el recorte de pensiones y otras medidas; un partido de “izquierdas” nacionalista, que renunció a la hoz y al martillo y la cambió por colorines verdes, que dejó de ser marxista y que apoyó nuestra entrada en la OTAN...

Con la caída del muro de Berlin, también cayeron la mayoría de las siglas y los símbolos comunistas y se diluyeron estas ideologías en el mar del "bienestar"

Al miedo a los “dictadores de izquierda” difundido por los medios, el miedo al “comunismo”, al “terrorismo islámico” promovido por el 11S, el miedo a perder la posibilidad de acceder a esa vida fácil y lujosa de los ricos a la que creen poder llegar (ahora por la lotería o el chanchullo o el famoseo) hay que añadir el discurso feroz de una sociedad derechizada e influenciada por la cúpula de la iglesia católica, que considera que todos los males provienen del ateísmo y que la solución pasa por el catolicismo y la vuelta a los valores tradicionales. Los partidos de derechas intentar hacer creer que la culpa de la crisis la tienen la llegada masiva de emigrantes (musulmanes, claro) que nos roban la sanidad y se benefician de nuestros impuestos, los nacionalistas que no aportan lo que deben, o los otros que se quedan con todo. Da lo mismo; el caso es buscar un enemigo a quien el pueblo haga culpable de sus problemas. Esta derecha es la que alerta también de los del “15 M “ y de los movimientos populares, a los que acusan de estar manipulados.

Pese a la situación económica que se vive, con 5 millones de parados, existe un sector importante de la población que aún cree que, solventada la crisis, la sociedad retomará su rumbo.

Pero cada vez hay más personas afectadas por la crisis, personas sin casa, sin trabajo, sin futuro; esos “indignados” que tomaron la calle tal vez una día comprendan que no es una crisis pasajera, es una crisis de un sistema llamado a extinguir que es el capitalismo y que organizarse es necesario.

Los desencantados y muchos de los que se sentían traicionados por las siglas del PSOE creyéndolos de izquierda, prefirieron no votar o votar en blanco, como voto de castigo o simplemente por falta de alternativas o no creer en esta democracia (cosa lógica); y tenemos instalado así a un prepotente PP, que respaldado por los votos y su ideología de post franquismo, sigue a pies juntillas los dictados de Europa en un afán por ganar puntos y asegurarse su futuro personal apoltronados en algún alto cargo de alguna de las empresas a las que favorecen con sus políticas privatizadoras, como han hecho antes y como también han hecho sus colegas socialistas; si no, veamos a la ex ministra Salgado, sin ir más lejos.

Triunfo Frente Popular. Martín Santos Yubero.

Anima el pensar que las últimas movilizaciones consiguieron sacar a la calle a centenares de miles de personas, pero no hay mas que ver en qué está quedando “la primavera árabe” para no poder albergar por el momento demasiadas esperanzas. 

Afecta a toda Europa; afecta al mundo capitalista; afecta a las clases medias que ya no tienen posibilidad de dar un paso para enrolarse en las de arriba. Son clases desclasadas porque no tienen todavía conciencia de que son clases sin esperanza. Los otros, los que ya han sido desposeídos y echados al foso del ninguneo, tendrán que buscar nuevas fórmulas para sobrevivir. Compartir viviendas, comida, solidarizarse en la miseria y cuando afecte a una gran mayoría tal vez se comprenda que no hay remedio, que el capitalismo toca a su fin. Que no hay ya bienes que trasmitir a los hijos, que hay que luchar para darles una sociedad en la que la igualdad y la justicia sea la máxima herencia que se les puede dejar.





Indignados” hay muchos, pero esta indignación aglutina a gente de todo tipo que está harta de este gobierno, que está harta de “todos” los políticos. Muchos de ellos solo pretenden que esta sociedad sea algo más honrada y menos corrupta. Es significativo que su lema sea el de “¡democracia real, ya!”

Después de un año  y de las trifulcas que se han desatado, veamos si somos capaces de resurgir y demostrar que la unidad es la única herramienta de la que disponemos.  Es necesaria una dirección coherente, organizada y capaz, que sepa recoger las demandas y hacer frente a este ataque sin piedad de estos últimos coletazos que el capitalismo está sacudiendo sobre nosotros.

Elevar la conciencia, informar y formar, volvernos participativos y solidarios, unirnos, éstas son a mi parecer las únicas alternativas viables.



Es triste que se tenga que luchar de nuevo para parar al fascismo. Tenemos que ser capaces de hacernos oír, de levantarnos, de decir basta. No solamente aquí; en Europa, en todos aquellos pueblos oprimidos. Entonces el capitalismo caerá y un nuevo mundo puede abrirse para las nuevas generaciones, hoy sin esperanza. Solamente la unidad hace la fuerza.




Comentarios

paco frutos ha dicho que…
Este artículo es un verdadero tratado para entender lo más complejo de la historia y de la política de forma amena pero profunda. Gracias por tu paciencia en estudiar los asuntos para mejor ilustrarnos.
Olimpia Willemenot ha dicho que…
Gracias Paco, un honor que valores el post y una satisfacción que pueda ilustrar un poco esta nuestra historia.
Miguel Aso ha dicho que…
Felicidades Olimpia. Siempre es un placer leerte, pero hoy me ayuda especialmente compartir pensamientos contigo. Gracias y besos desde Monzón.
EnlaceSol ha dicho que…
"El 15M no es un ente" http://wp.me/p1FtjZ-VU

" 12M_15M _99% " http://wp.me/p1FtjZ-Ws
Piedra ha dicho que…
Un resumen de la actualidad,de libro.
Creo que cada vez más personas se dan cuenta de todas estas verdades.
interino2 ha dicho que…
Me sumo a lo ya dicho: un magnífico resumen y análisis de la historia y actualidad social y política de nuestro país -y de su contexto. Creo que lo que dice Piedra es cierto, cada vez son más los que son conscientes de la situación que vivimos, si no poniéndola en relación con nuestra historia o la historia de Europa, sí en las cuestiones que más directamente les afectan. La cuestión, como siempre, es qué alternativa planteamos y cómo solucionamos o modificamos aquellas cuestiones que entendemos deberían modificarse. De acuerdo con la alusión al marxismo y a la necesidad de una dirección/partido capaz de aglutinar a los "indignados" y ofrecer una alternativa viable. Hace falta una ideología clara y medios de comunicación para difundirla, según me parece a mí.

Un saludo,
interino2

PD.- Aunque ya ha pasado un tiempo de aquella entrada, te indico que tu comentario en relación a la dificultad de conocer las estadísticas en Corea del Norte me dio que pensar. Supongo que en la situación actual -o de siempre- cualquier información que pueda usarse en su contra ha de manejarse con cuidado.
Antirepublicano ha dicho que…
dices que la república fue elegida por el pueblo... podrías mostrar los resultados de las elecciones del 31?
Olimpia Willemenot ha dicho que…
http://www.historiaelectoral.com/g1931.html

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